Menu
  • La automatización cobra interés y popularidad entre las compañías, sin importar si son transnacionales o microempresas. Lo anterior deviene como una respuesta a la incertidumbre y volatilidad a la que están expuestas.

    Las razones para acelerar la digitalización de las compañías van desde dejar de depender de procesos manuales, tomar decisiones más rápidas y adquirir clientes de mayor calidad, hasta administrar mejor las carteras y los pagos. Sin embargo, cada una de estas metas contribuyen a un fin último: fortalecer a la organización.

    Así como la incertidumbre puede ser multifactorial y estar ligada a temas propios o ajenos, sucede lo mismo con la automatización. Cada empresa debe definir los objetivos de este cambio en los procesos y la implementación de la tecnología.

    Por ejemplo, la gestión de riesgos ayuda a modernizar aspectos de las operaciones financieras para mejorar el flujo de efectivo, aumentar la eficiencia y promover el crecimiento empresarial. Incluso ayuda a alcanzar un mayor nivel de resiliencia ante eventos adversos, ahora y en el futuro.

    La automatización también se deja ver en cuentas por cobrar y en la detección de riesgos por medio de puntajes con análisis predictivo. Es una tendencia para las empresas que eligen incorporar más tecnología a su negocio y eficientar sus procesos.

    Es más rentable que el software realice tareas sencillas y rutinarias para que los colaboradores puedan concentrarse en iniciativas estratégicas que tendrán un impacto a largo plazo. Estas modificaciones buscan mejorar la productividad del equipo, y ahorrar tiempo y recursos. Además, ayudan a mitigar problemas, retos y áreas de oportunidad antes de hacer negocios con otras compañías.

    La transformación llega a ser tan profunda que produce mejoras en otros niveles, como la experiencia al cliente, tanto en la comunicación como en opciones de pago flexibles, diseñadas a la medida.

    Las iniciativas de transformación digital abarcan hasta la cadena de suministro, área muy presente en la gestión de la información de los proveedores. Ésta debe ser descrita en un marco de gobernanza para recopilar y validar todos los datos relacionados a su incorporación, su mantenimiento, acreditación, facturación, información sobre riesgos potenciales, rendimiento, información reglamentaria y certificados.

    Si se opta por seguir con procesos análogos y una nula inversión en tecnología, se volverá imposible recopilar y comprender datos para la toma de decisiones y la capacidad de aprovechar los conocimientos y actuar en consecuencia.

    Invertir en las herramientas y la tecnología adecuadas para la automatización de procesos financieros es uno de los movimientos más inteligentes que se puede hacer en el camino hacia la transformación digital. En cuestión de minutos es posible tener un análisis para prevenir cuentas incobrables, que detienen el flujo de efectivo, y pueden poner en riesgo operaciones que, a estas alturas, no se pueden descuidar.